lunes, octubre 01, 2007

Ave María



.../ *













Foto del autor tomada en Bs Aires, 2005.


Dicen algunos que lo han visto, que lo sienten.


Que existe , que no.


Que sana, que es bueno, que es malo, que castiga, que es Padre.


Personalmente y desde los 11 años (y con crisis desde antes), lo dejé de ver.







Pero, dos hechos me han parecido lo suficientememente extraños.
Y ambos sucedieron en una de esas casas con cruz arriba.





1.- Copiapó, año 2003. Increíblemente , yo estaba sentado en última fila de una Iglesia escuchando música clásica. ¿Por qué increíble? Porque ambas cosas no me gustaban del todo. Esa cosa media operática no me llamaba la atención y la Iglesia... bueno, digamos que me era indiferente.


Pero heme ahí. Tratando de sostener una sonrisa de aquellas "que bueno que estoy aquí, gracias por invitarme amiga".


De repente, comienzan a sonar unas notas desperdigadas entre los asientos que suave y rápidamente llegan a mí. Nada menos y nada más que todo un hombre. Mozart y algo así como un Requiem.


En ese momento los violines, el contrabajo, la traversa y las voces pasaron a formar una extensión de algo divino materializado en los cuerpos de aquellos hombre y mujeres, obreros de la música.


Se les utilizó como instrumentos (vaya coincidencia) para quebrar barreras en los espíritus de los agnósticos presentes (o sea, yo). Y por un momento, existió.





2.- Santiago, año 2007. Recientemente fui a un casorio. Pero no llegó el novio. Tampoco la dejó plantada. Marido: Dios. Mujer: Ignacia, hoy Hna Renata, amiga del autor.


Uno siempre piensa que el primer marimonio al cual irá de sus amigos será con alguien más o menos visible a los ojos de los humanos. Pues no. Así no fue.


Igualmente asisitimos gran parte de sus amigos.


La ceremonia tenía esa cosa nostálgica de unión extramaterial.


Hasta aquí todo bien. El problema fue que quedé abajo del grupo musical que amenizaba la misa. En pocos segundos voces prístinas, traversas dulces y violines inyectados de lo invisible, crearon una de las pinturas más exquisitas ante mis ojos.


Ya no era sólo una niña vestida de monja. Era otra cosa. Una servidora de Dios, de algo más allá.


Proyectó su vida en torno a Él, sin dudar si quiera de su existencia o consabida benevolencia. Grandiosa lección de aplomo y coraje.


En ese contexto alcancé a ver un ápice de luz... pero no, eran sólo un par de watts malgastados y los rayos de sol que oscurecían mis alicaídos ojos.





Cuidado con la música. Cabalga despacio pero deja huella.








Ave María:








http://www.youtube.com/watch?v=sYIIhis6jfI Interpretado por Bobby Mcferrin, por favor analicen su talento. Este es el Ave María de Gounod.





http://www.youtube.com/watch?v=F9IgBIUUq4Y&mode=related&search= Conocido Ave María de Schubert en latin, cantado por Andrea Bocelli.








*Este post, va dedicado a mis amigos, familiares queridos, amores inconclusos y especialmente a Ignacia, ejemplo de coraje a rabiar.





Buenas noches.

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4 Comments:

Blogger Palideces said...

Es muy conocida la capacidad de la música de evocar emociones como la ira, la belleza o en tu caso - y por qué no - la fe.

En cuanto a lo de la Ignacia, yo t comenté ese día q yo carezco de la empatía para emocionarme con esas cosas... o tal vez puede ser q su decisión es tan incomprensible para mi que me da rabia verla alejarse "por nada" (según mi laica y hereje punto de vista)

En fin

Cada loco con su tema
Cada oveja con su pareja
Cada autor con su Dios

personalmente prefiero al q inventó la bolita del mouse... ese es Dios para mi


saludos, muy buena entrada

9:38 p. m.

 
Anonymous Anónimo said...

Increíble realmente es, de acuerdo con las dos situaciones descritas por el autor, también de acuerdo con las experiencias casi diarias del que ahora estas palabras escribe y quizás de todos quienes lean estén probablemente conectados a internet en este momento, el poder de la música. Es casi infinito el poder sugestivo, que unido a un determinado contexto es capaz de crear y engendrar hasta los sentires que más nos cuesta ver reflejados en nosotros mismos.

Ojalá cada momento de la vida, los tristes, los alegres, los amorosos y fogosos tuvieran su propia banda sonora de fondo, así como si la mejor de las bandas y la más apropiada nos estuviera siguiendo en cada circunstancia con una música afín. Es algo que quizás la vida real podría envidiar a las películas...
Aún frente a esta carencia, siempre podemos llegar a nuestra intimidad, donde uno decide todo, y por simple que parezca, podemos ejercer todo nuestro despotismo, y poner aquella música que más queramos escuchar, conforme a la situación y el sentir del interior, escoger la música de fondo, y dejar, sólo dejar que todo se conecte....
Por eso, mejor escuchar Dies Irae, o cualquier otro requiem sólo en casos especiales, no es la idea amargarse todos los días escuchando música fúnebre, podría uno terminar medio enfermo, o perdiéndole el gusto incluso... o no?

Mi Humilde y Musical Opinión. Con la música de Alf de fondo.

5:53 p. m.

 
Anonymous Anónimo said...

el ave maria tienes eso raro ke hace ke uno se sieta...flotando?
en evrdad...si la musica tiene efecto y produce cosas...a ratos algunas alegran y otras hacen ke uno kiera morir...lo loco es que hay ciertas canciones melodias y compases que provocan algo inexplicable...y lo interante es que algunas intencionalmente son creadas asi, digo no para conmoverte y hacerte cuestionar lo ke no krees sino que en sus compases y su armonia el proposito es dar a conocer lo que creen...es cosa de oir "jesus alegria de los hombres" y notar que bach procuro dar a conocer la trinidad en su musica y como gran maestro logra una obra genialisima...por ejemplo...no se a ratos son sucesos inexpicables...y por lo demas positivos asumo yo pues nos hacen notar que no somos solo cuerpo sino ke efectivamente hay un alma, un espiritu dentro con o sin fe, está...y es verdad, la fe no la tienen todos, algunos necesitan demasiados argumentos ke no tienen, a otros su atosuficiencia les dice que no necesitan creer ni relacionarse con un ser superior... kizas ese tradicionalismo catoliko que se impone desde la niñez a algunos termina por distanciar la fe del hombre...me cuesta creer ke el hombre no tenga fe, de una u otra manera la tiene ya sea en si, en cosas o en Dios pero al fin y al cabo la tiene igual...porke el hombre necesita creer en algo... la desicion de tu amiga ignacia da a entender a mi parecer algo ke hoy en dia nuestra persona individualista y autosuficiente no parece o no gusta notar: ke efectivamente el hombre puede relacionarse con Dios porke mas ke mero kreador es persona (no limitado a carne y hueso) ke quiere relacionarse con su creacion... en fin...el tema da para demasiado...solo kreo ke...
ud tiene un algo dentro ke lo lleva a cuestionarse cosas...y no es en vano...y a ratos? eso ke tu dices ke no existe...esta mas cerca de lo ke krees...y a otros ratos...te conoce demasiado...y en otros? te busca...
pero bueno...cosa de fe no?
aunke kon su dosis de orgullo, autosuficiencia y cosas inexplicables...como una gran obra musical...

saludos don camolò...
gracias por el aporte de su blog, va cada vez mas interesante!
huggs

8:57 p. m.

 
Anonymous Anónimo said...

Yo creo que existe, que es bueno, que no castiga y que sí es Padre.
Para creer se necesita sólo fe.

Hebreos 11:1.-"Fe es la expectativa segura de cosas que se esperan, la demostración evidente de realidades aunque no se contemplen".
Besos, se le quiere.

8:28 a. m.

 

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